La expresión cura de almas se refiere al responsable espiritual, generalmente un párroco, que tiene la misión de cuidar, instruir y administrar los sacramentos a sus feligreses.
Este rol implica no solo la atención a las necesidades religiosas de la comunidad, sino también un compromiso profundo con el bienestar espiritual de cada individuo.
La cura de almas es, por tanto, un servicio esencial en la vida de la iglesia.