La curatela es una figura legal destinada a salvaguardar tanto los intereses como los bienes de aquellas personas que, por diversas circunstancias, no cuentan con plena capacidad para actuar por sí mismas.
Esta medida se aplica a menores no emancipados que no están bajo la patria potestad, así como a adultos que han sido declarados judicialmente como incapaces.
A diferencia de la tutela, que se enfoca en proteger a menores, la curatela se centra en resguardar a adultos con capacidades restringidas.
La curatela es una instituciónjurídica cuya finalidad es la protección de la persona y bienes de aquellos individuos que, por su condición o situación particular, no tienen plena capacidad de obrar, extendiéndose su aplicación a menores no emancipados cuando no se encuentran bajo la patria potestad, así como a personas mayores de edad que, por diversas razones, han sido declaradas judicialmente como incapaces.
A diferencia de la tutela, que se aplica principalmente a menores de edad, la curatela se orienta más hacia la protección de adultos con capacidades limitadas.
El curador, figura central en este proceso, es la persona o entidad designada por un juez para ejercer la curatela.
Su principal responsabilidad es velar por los intereses del curatelado, tanto en el ámbito personal como en el patrimonial.
Esto implica administrar sus bienes si fuera necesario, representarlo legalmente y asegurar su bienestar general.
La designación del curador se realiza teniendo en cuenta el beneficio y las necesidades específicas del curatelado, pudiendo recaer esta responsabilidad en familiares cercanos o instituciones especializadas.
Existen diferentes tipos de curatela según las legislaciones de cada país, adaptándose a las necesidades particulares de cada caso. Por ejemplo, puede haber curatelas especiales para personas con discapacidad mental severa, donde el grado de protección y supervisión es mayor, o curatelas más flexibles para aquellos que solo necesitan asistencia en determinadas áreas de su vida.
La duración de la curatela está determinada por la causa que motivó su establecimiento. En casos donde la incapacidad es temporal o mejorable, la curatela puede ser revocada o modificada conforme al cambio en el estado del curatelado. Por otro lado, si las condiciones que dieron origen a la curatela son permanentes, esta puede mantenerse durante toda la vida del individuo protegido.
Etimología u origen de la palabra curatela: proviene del latín curatoria, con cambio de sufijo por analogía con tutela.