La palabra cutral se utiliza para describir a un buey que está cansado y viejo, así como a una vaca que ha dejado de parir.
Estos animales, por su estado, son considerados aptos para ser destinados a la carnicería.
La acepción refleja una realidad en la vida rural, donde el ciclo de vida de los animales de granja tiene un impacto directo en la producción y la economía.