Juego que se ejecuta entre dos personas sobre un tablero de 64 casillas cuadradas o escaques coloreadas alternativamente de blanco y negro. Cada jugador emplea doce piezas o peones generalmente en forma de disco; uno las negras y el otro las blancas. El tablero se coloca de modo que quede una diagonal de dos casillas de fichas, a la derecha de cada jugador. Al mover sus fichas diagonalmente hacia adelante, cada jugador intenta capturar las del otro por medio de una serie de saltos. Para ganar debe apoderarse de todas las fichas de su adversario o colocarlas en tal situación que no puedan moverse.
Las negras abren el juego moviendo una ficha de la primera fila diagonalmente y las blancas contestan (hay 49 combinaciones posibles en este primer movimiento). Las piezas se mueven solamente en diagonal y capturan o cercan a medida que avanzan. Un peón negro, por ejemplo, puede saltar y comer a uno blanco si éste tiene una casilla vacía tras de sí. Cuando haya varias casillas vacías, las negras pueden realizar una sucesión de saltos en la manera indicada hasta agotar sus probabilidades de captura. Si una ficha negra alcanza la última línea de las blancas se convierte en dama y puede moverse hacia adelante y atrás, con doble poder de captura. La dama se distingue colocando sobre la ficha coronada otra del mismo color. La estrategia defensiva de las blancas puede consistir en colocar a las negras en posición débil sobre el tablero. Luego, al obligar al adversario a comer una ficha, se puede contraatacar con un doble o triple salto a través de las casillas vacías de las negras. Este movimiento tendente a sacrificar una pieza por varias proporciona también a menudo un control estratégico del tablero.
La sencillez de su fundamento ha dado a este juego aceptación general entre gentes de las más diversas clases sociales. Pero sus movimientos pueden ser tan complicados que el juego que desarrollan los maestros se puede comparar al ajedrez.
Se trata de un juego antiguo y universal. En una pintura de las murallas de Tebas, capital del antiguo Egipto, se ve. al faraón Ramsés III jugando una partida de damas con una mujer. En el Museo Británico se exhiben muchos ejemplares de tableros de damas del antiguo Egipto. En la Edad Media el juego se denominaba «ajedrez para damas», origen del nombre de «juego de damas» que aún se conserva en muchos países. Los jugadores y teóricos ingleses descubrieron los principios y la estrategia del juego. El gran maestro de todos los tiempos fue James Wyllie, escocés, que conservó el campeonato del mundo durante 40 años y jugó partidas en todo el mundo hasta perder el título contra James Ferrie, de Glasgow, en 1894. En Europa se juegan muchas variedades de damas. El juego polaco, en el que el tablero tiene 100 casillas y cada jugador 20 fichas, es también popular en Francia. En el juego español de damas, precursor en el siglo xvi del anglo-americano, una dama puede moverse sobre todas las casillas libres de una diagonal. Una variante alemana permite a los peones ordinarios moverse hacia adelante o atrás (una o dos casillas, según su movimiento sea sin o con captura), mientras que las damas pueden desplazarse en ambas direcciones sin limitación de casillas, al igual que entre nosotros.
En las competiciones de damas se emplea un sistema restrictivo para abrir el juego y reducir las jugadas un mínimo. Si se elige el de dos movimientos, todas las combinaciones posibles de apertura se escriben en tarjetas. Los jugadores escogen sus tarjetas y cada uno realiza la apertura prescrita en dos juegos separados. En los campeonatos nacionales se emplea el sistema de tres movimientos, en que resultan unas 140 combinaciones.