La palabra damnable se refiere a algo que es digno de condena o reproche.
Aunque su uso es considerado anticuado y ha caído en desuso, su significado evoca una fuerte carga moral, sugiriendo que ciertas acciones o comportamientos son tan graves que merecen ser rechazados.
Esta acepción refleja una perspectiva ética que, aunque menos común hoy en día, aún puede encontrarse en textos antiguos o en discusiones sobre la moralidad.