n. p. David es un nombre propio masculino de origen hebreo, derivado de la palabra "Dawid", que significa "amado" o "querido".
Este nombre ha sido ampliamente adoptado en diversas culturas y lenguas debido a su significado universal y su relevancia histórica y religiosa.
En la tradición judeocristiana, David es una figura emblemática, conocido principalmente por ser el segundo rey de Israel y Judá, sucediendo a Saúl.
Su historia es central en el Antiguo Testamento, particularmente en los libros de Samuel, los Reyes y los Crónicos.
David es célebre por sus hazañas heroicas, su profunda fe en Dios y su papel como el ancestro del Mesías según la tradición cristiana.
Su enfrentamiento con el gigante Goliat es uno de los relatos más famosos y simbólicos de la Biblia, representando la victoria de la fe y la astucia sobre la fuerza bruta.
Además de su importancia religiosa, David ha sido una fuente de inspiración en el arte, la música y la literatura a lo largo de la historia.
Su figura ha sido interpretada en innumerables obras, desde esculturas renacentistas como el famoso David de Miguel Ángel, hasta composiciones musicales y literarias que exploran las diversas facetas de su vida y legado.
El nombre David también ha sido adoptado por varias personalidades destacadas en la historia moderna y contemporánea, contribuyendo a su popularidad persistente. Es un nombre comúnmente elegido para niños en muchas partes del mundo, reflejando no solo una admiración por las cualidades atribuidas al rey bíblico sino también el deseo de transmitir un sentido de fortaleza, liderazgo y compasión.
• « Unos 1000 años después, un ángel apareció ante un grupo de pastores en las afueras de Belén y anunció: "Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, o Mesías, el Señor nuestro". »