La decrepitud se refiere a un estado de vejez avanzada, donde el cuerpo y la mente muestran signos evidentes de desgaste.
Este término también se utiliza en un sentido más amplio para describir una gran decadencia en diversos aspectos, ya sea físico, emocional o social.
La decrepitud evoca la fragilidad y la pérdida de vigor, reflejando tanto el paso del tiempo como el deterioro que puede afectar a personas, objetos o instituciones.