La expresión dedada de miel se utiliza en un contexto figurativo y familiar para referirse a acciones o palabras que se emplean para mantener a alguien en un estado de esperanza o ilusión, a menudo sin que haya una base real que lo sustente.
Este término sugiere una especie de engaño amable, donde se ofrece algo dulce para calmar ansiedades o expectativas, aunque la realidad pueda ser diferente.