El dedo pulgar es el primero y más grueso de la mano y del pie.
En la mano, su posición opuesta a los otros dedos le permite realizar movimientos precisos y agarrar objetos con fuerza, siendo fundamental para la habilidad manual.
En el pie, aunque menos destacado, también juega un papel en el equilibrio y la estabilidad al caminar.
Su importancia en la funcionalidad humana lo convierte en un elemento clave en nuestras actividades diarias.