El término defendedero y su forma femenina defendedera se refieren a algo que es defendible, es decir, que puede ser protegido o justificado ante un ataque o crítica.
Estas palabras evocan la idea de resistencia y la capacidad de sostener una posición o argumento en situaciones adversas.
Su uso se relaciona con contextos donde la defensa es crucial, ya sea en debates, situaciones legales o en la vida cotidiana.