La demisión se relaciona con la sumisión y el abatimiento, manifestando una actitud de rendición o aceptación pasiva ante situaciones adversas o autoridades impositivas.
Este concepto abarca desde la resignación hasta la deferencia, destacándose por la ausencia de resistencia o lucha contra condiciones consideradas inalterables o superiores.
La demisión, en su esencia, se refiere a un estado o actitud de sumisión o abatimiento profundo, donde el individuo adopta una postura de rendición o aceptación pasiva frente a situaciones, autoridades o condiciones que le son adversas o impositivas.
Este término encapsula una gama de emociones y comportamientos humanos que van desde la resignación hasta la deferencia, caracterizándose por una falta de resistencia o lucha contra circunstancias percibidas como inalterables o superiores.
En contextos psicológicos y sociales, la demisión puede ser vista tanto negativamente como positivamente, dependiendo de las circunstancias y las consecuencias de tal actitud.
Por un lado, puede considerarse un mecanismo de defensa ante situaciones de estrés o peligro insuperables, permitiendo al individuo conservar sus recursos emocionales y físicos.
Por otro lado, una actitud de demisión crónica puede llevar a estados de apatía, desesperanza o incluso depresión, donde la persona se siente incapaz de tomar acciones proactivas para cambiar su situación.
Ejemplos de uso: "La demisión ante la injusticia no hace más que perpetuarla".
"En su momento de mayor demisión, encontró la fuerza para seguir adelante".
"La novela explora la demisión del protagonista frente a un destino que parece inmutable".
"Su demisión ante las demandas excesivas de su jefe comenzó a afectar su salud mental".
"La demisión puede ser una respuesta comprensible ante el dolor extremo, pero no siempre es la solución".
"En la meditación, aprendió a diferenciar entre la demisión y la aceptación plena de la realidad".
"La historia está llena de momentos en los que la demisión colectiva llevó a cambios sociales significativos".
"Su poesía refleja una profunda sensación de demisión, pero también de esperanza".
Etimología u origen de la palabra demisión: proviene de latín demissio, -onis.