El término demulcir proviene del latín y se refiere a la acción de halagar o recrear a alguien, brindándole una sensación de placer o satisfacción.
Aunque esta acepción es considerada anticuada y actualmente está en desuso, su significado evoca una forma de cortejo o consolación que buscaba agradar y suavizar el ánimo de las personas.
Su uso en el lenguaje contemporáneo es raro, pero su esencia persiste en el deseo de complacer a los demás.