El derecho espacial es una rama del derecho que regula las actividades en el espacio ultraterrestre, tanto a nivel nacional como internacional.
Existe cierta discrepancia entre los juristas sobre la definición exacta de "espacio ultraterrestre", pero en general se considera que comienza a una altitud mínima sobre el nivel del mar donde los objetos pueden orbitar la Tierra, aproximadamente 100 km o 62,1 millas.
El surgimiento de esta área del derecho tuvo lugar con el lanzamiento en octubre de 1957 del primer satélite, el Sputnik, por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El derecho espacial es un área del derecho que abarca el derecho nacional e internacional que rige las actividades en el espacio ultraterrestre.
Los juristas internacionales no han podido llegar a un acuerdo sobre una definición uniforme del término "espacio ultraterrestre", aunque la mayoría de los juristas están de acuerdo en que el espacio ultraterrestre comienza generalmente a la menor altitud sobre el nivel del mar a la que los objetos pueden orbitar la Tierra, (aproximadamente 100 km o 62,1 millas).
El inicio del campo del derecho espacial comenzó con el lanzamiento en octubre de 1957 del primer satélite del mundo, el Sputnik de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En 1958, el Presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, y el Primer Ministro soviético, Nikita Jruschov, pidieron cada uno a las Naciones Unidas que examinaran las cuestiones jurídicas relacionadas con la actividad espacial.
La ONU creó posteriormente el Comité sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos ("COPUOS"). La COPUOS creó a su vez dos subcomisiones, la Subcomisión Científica y Técnica y la Subcomisión Jurídica. La Subcomisión de Asuntos Jurídicos de la COPUOS ha sido el principal foro de debate y negociación de acuerdos internacionales relativos al espacio ultraterrestre.
Se han negociado y redactado cinco tratados internacionales en la COPUOS: el Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes de 1967 (el "Tratado sobre el espacio ultraterrestre"), el Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre de 1968 (el "Acuerdo sobre el salvamento"), el Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales de 1973 (el "Convenio sobre la responsabilidad"), el Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre de 1975 (el "Convenio sobre el registro") y el Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes de 1979 (el "Tratado sobre la Luna"). El Tratado sobre el espacio ultraterrestre es el tratado más ampliamente adoptado, con 98 partes. El Acuerdo sobre salvamento, el Convenio sobre responsabilidad y el Convenio sobre registro desarrollan las disposiciones del Tratado sobre el espacio ultraterrestre. Los delegados de las Naciones Unidas aparentemente tenían la intención de que el Tratado sobre la Luna sirviera como un nuevo tratado amplio que sustituyera o complementara al Tratado sobre el espacio ultraterrestre, en particular elaborando las disposiciones del Tratado sobre el espacio ultraterrestre relativas a la apropiación de recursos y la prohibición de la soberanía territorial. El Tratado sobre la Luna sólo tiene 12 partes, y muchos lo consideran un tratado fracasado debido a su limitada aceptación.
Consenso
La COPUOS funciona sobre la base del consenso, es decir, todos los delegados de los comités y subcomités deben acordar el lenguaje del tratado antes de que pueda ser incluido en la versión final de un tratado, y los comités no pueden poner nuevos temas en sus agendas a menos que todas las naciones miembros estén de acuerdo. Una de las razones por las que los tratados espaciales de las Naciones Unidas carecen de definiciones y no son claros en otros aspectos, es porque es más fácil lograr el consenso cuando el lenguaje y los términos son vagos. En los últimos años, la Subcomisión de Asuntos Jurídicos de la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos ha sido incapaz de lograr el consenso en el debate de un nuevo acuerdo integral sobre el espacio, y también es poco probable que la Subcomisión pueda acordar enmendar el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre en un futuro previsible. Muchas naciones con vocación espacial parecen creer que debatir un nuevo acuerdo espacial o una enmienda al Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre sería inútil y llevaría mucho tiempo, ya que las diferencias arraigadas en relación con la apropiación de recursos, los derechos de propiedad y otras cuestiones relativas a la actividad comercial hacen que el consenso sea poco probable.
Además de los tratados internacionales que se han negociado en las Naciones Unidas, las naciones que participan en la Estación Espacial Internacional han suscrito el entre el Gobierno del Canadá, los Gobiernos de los Estados miembros de la Agencia Espacial Europea, el Gobierno del Japón, el Gobierno de la Federación de Rusia y el Gobierno de los Estados Unidos de América relativo a la cooperación en la Estación Espacial Internacional civil (el "Acuerdo sobre la Estación Espacial"). Este Acuerdo estipula, entre otras cosas, que la NASA es el organismo principal encargado de coordinar las contribuciones y actividades de los Estados miembros en relación con la estación espacial, y que cada nación tiene jurisdicción sobre su(s) propio(s) módulo(s). El Acuerdo también prevé la protección de la propiedad intelectual y los procedimientos para el enjuiciamiento penal. Este Acuerdo puede muy bien servir de modelo para futuros acuerdos relativos a la cooperación internacional en instalaciones en la Luna y Marte.
Ley nacional
El derecho espacial también abarca las leyes nacionales, y muchos países han promulgado legislación espacial nacional en los últimos años. El Tratado sobre el espacio ultraterrestre exige que las partes autoricen y supervisen las actividades espaciales nacionales, incluidas las actividades de entidades no gubernamentales como las organizaciones comerciales y sin fines de lucro. El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre también incorpora la Carta de las Naciones Unidas por referencia, y exige a las partes que se aseguren de que las actividades se lleven a cabo de conformidad con otras formas de derecho internacional, como el derecho internacional consuetudinario (la costumbre y la práctica de los Estados). El advenimiento de actividades espaciales comerciales más allá del alcance de la industria de las comunicaciones por satélite, y el desarrollo de muchos puertos espaciales comerciales, está llevando a muchos países a considerar la forma de regular las actividades espaciales privadas. El reto consiste en reglamentar esas actividades de manera que no obstaculicen ni impidan la inversión, sin dejar de velar por que las actividades comerciales se ajusten al derecho internacional. A las naciones en desarrollo les preocupa que las naciones que se dedican a actividades espaciales acaparen los recursos espaciales.
El futuro del derecho espacial
Si bien este campo del derecho está todavía en su infancia, se encuentra en una época de rápidos cambios y desarrollo. Podría decirse que los recursos del espacio son infinitos, y limitados sólo por nuestra capacidad de utilizarlos de manera justa y equitativa para todas las naciones. Si el transporte espacial comercial se hace ampliamente disponible, con costos de lanzamiento sustancialmente más bajos, entonces todos los países podrán cosechar directamente los beneficios de los recursos espaciales. En esa situación, parece probable que sea mucho más fácil lograr un consenso con respecto al desarrollo comercial y el asentamiento humano en el espacio ultraterrestre.
Historia
El Presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, introdujo el concepto en 1957, en relación con las conversaciones de desarme, y el lanzamiento del primer satélite espacial ruso.
Tratados multilaterales
- El tratado de prohibición de los ensayos nucleares de 1963 prohibió el ensayo de armas nucleares en el espacio ultraterrestre.
- El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967 (nombre completo: Tratado sobre los principios que rigen las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes) rige las actividades de los Estados en la exploración del espacio.
- El Acuerdo de salvamento de 1968 (El Acuerdo sobre el salvamento de astronautas, el regreso de astronautas y la devolución de objetos lanzados al espacio).
- El convenio de responsabilidad de 1972 (el Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales) se ocupa de los daños causados por los objetos espaciales.
- El convenio sobre registro de 1976 (el Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre) se ocupa del registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre.
- El Tratado sobre la Luna de 1984 (el Acuerdo que rige las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes) trata de las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos.
Los años de las diferentes convenciones y acuerdos indican cuándo han entrado en vigor.
La COPUOS supervisa la aplicación de cinco tratados y acuerdos:
- "Tratado sobre el espacio ultraterrestre" - El Tratado sobre los principios que rigen las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes
- "Acuerdo de Rescate" - El Acuerdo sobre el Rescate de Astronautas, el Retorno de Astronautas y el Retorno de Objetos Lanzados al Espacio Exterior
- "Convenio de Responsabilidad" - El Convenio sobre la Responsabilidad Internacional por Daños Causados por Objetos Espaciales
- "Convenio de Registración" - El Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre
- "Tratado sobre la Luna" - El Acuerdo que rige las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes
