El término desalagar se refiere a la acción de desecar o desencharcar un área que ha estado inundada o saturada de agua.
Este proceso implica eliminar el exceso de humedad, permitiendo que el terreno recupere su estado natural y sea más apto para diversas actividades.
La desalación es fundamental en la agricultura y la gestión de recursos hídricos, ya que ayuda a prevenir problemas relacionados con el agua estancada.