El término desapolillar tiene dos acepciones que reflejan tanto un sentido literal como uno figurado.
En su primera acepción, se refiere a la acción de quitar la polilla, un insecto que puede dañar tejidos y alimentos.
En un sentido más figurado, significa salir de casa después de haber estado encerrado durante mucho tiempo, simbolizando un regreso a la actividad social o al aire libre.
Ambas interpretaciones evocan la idea de liberación y renovación.