El término desavecindado o desavecindada se refiere a un estado en el que una casa o lugar se encuentra desierto, es decir, sin la presencia de vecinos.
Esta palabra proviene del verbo desavecindar, que implica la acción de despojar a un lugar de su comunidad.
Así, un espacio desavecindado puede evocar sensaciones de soledad y abandono, reflejando la falta de vida y actividad en su entorno.