El término descinto y su forma femenina descinta provienen del participio irregular de desceñir, que significa desatar o quitar un ceñidor, faja u otro objeto que se lleva alrededor del cuerpo.
Esta acción implica liberar algo que estaba ajustado, simbolizando una sensación de libertad o desprendimiento.
Así, el uso de estas palabras puede evocar tanto un acto físico como una liberación emocional.