El término desembargador se refiere a un antiguo cargo en el ámbito judicial de Portugal.
Este magistrado supremo, que formaba parte del Consejo del Rey, desempeñaba funciones clave en la administración de justicia.
Su papel era fundamental para garantizar el orden y la legalidad en el reino, actuando como un alto funcionario encargado de resolver asuntos legales y asesorar al monarca en cuestiones jurídicas.