La palabra desemejable se refiere a algo que es fuerte, grande o terrible, aunque esta acepción se encuentra en desuso.
Además, se relaciona con el término desemejante, indicando una cualidad de ser diferente o desigual.
Ambas acepciones son consideradas anticuadas, lo que refleja la evolución del lenguaje y el cambio en el uso de ciertas palabras a lo largo del tiempo.