El término desgarbilado o desgarbilada se utiliza en Andalucía para describir a alguien que es desgarbado, es decir, que carece de garbo o elegancia en su porte o manera de moverse.
Esta palabra refleja una falta de gracia o estilo, y se asocia con una apariencia algo torpe o desaliñada.
Su uso resalta características físicas o comportamentales que no cumplen con los estándares de estética esperados.