El término desinfartar se refiere a la acción de resolver un infarto, especialmente en el contexto médico.
Este proceso implica restablecer el flujo sanguíneo en una zona afectada del corazón, lo que es crucial para evitar daños permanentes.
La intervención puede incluir tratamientos como la angioplastia o la administración de medicamentos, y es fundamental para mejorar la salud del paciente y prevenir complicaciones graves.