El término destorlongado o destorlongada se utiliza en México para describir a una persona que es pródiga, es decir, que gasta su dinero de manera excesiva y sin control.
Este adjetivo refleja una actitud derrochadora y manirrota, donde el individuo no solo malgasta recursos, sino que también puede carecer de la capacidad de administrar adecuadamente sus finanzas.
Así, se asocia con un estilo de vida que prioriza el gasto sobre el ahorro.