La palabra dezmable se refiere a algo que estaba o podía estar sujeto al diezmo, es decir, a la obligación de entregar una décima parte de los ingresos o productos a la iglesia o a una autoridad religiosa.
Este término tiene raíces en prácticas antiguas donde se consideraba necesario contribuir con una porción de las cosechas o ganancias, reflejando así un compromiso con la comunidad y la fe.