Día artificial se refiere al lapso de tiempo que transcurre desde que el Sol aparece en el horizonte hasta que se oculta, es decir, desde el amanecer hasta el atardecer.
Este término es esencial tanto en la astronomía como en nuestra rutina diaria, ya que delimita los momentos de luz y oscuridad a los que estamos habituados.
En definitiva, el día artificial representa la parte del día en la que el Sol está visible en el cielo, contrastando con la noche artificial, que es cuando el astro rey no se encuentra sobre el horizonte.
El día artificial es el tiempo desde que sale el Sol hasta que se pone (Ver: puesta de sol).
El día solar se divide en un día artificial y una noche artificial; día artificial es el tiempo que gasta el Sol sobre el horizonte y, el tiempo que está debajo de él, noche artificial.
El concepto de día artificial es fundamental en la astronomía y en la vida cotidiana, ya que marca los períodos de luz y oscuridad a los que estamos acostumbrados.
Durante el día artificial, la luz solar directa ilumina la superficie terrestre, permitiendo diversas actividades humanas y naturales.
Este período varía según la latitud y la época del año, siendo más largo en verano y más corto en invierno en las regiones templadas.
Además, el día artificial tiene implicaciones importantes para la biología y la ecología.
Muchas especies animales y vegetales sincronizan sus ciclos vitales con los ritmos de luz y oscuridad.
Por ejemplo, algunas plantas abren sus flores durante el día artificial para atraer a los polinizadores, mientras que ciertos animales nocturnos aprovechan la noche artificial para cazar o evitar depredadores.
En términos culturales y sociales, el día artificial también influye en las rutinas diarias de las personas.
Las actividades laborales, educativas y recreativas suelen organizarse en función de las horas de luz disponibles.
En muchas culturas, el amanecer y el atardecer tienen significados simbólicos profundos, representando nuevos comienzos y finales.
Finalmente, es importante mencionar que con los avances tecnológicos, hemos desarrollado formas de extender o modificar el concepto de día artificial mediante la iluminación artificial.
Esto nos permite realizar actividades incluso después de la puesta del sol, aunque también plantea desafíos relacionados con la contaminación lumínica y sus efectos sobre el medio ambiente y la salud humana.