El término día eclesiástico se refiere al periodo que la Iglesia considera para el culto y la celebración del oficio divino.
Este día comienza con la hora de vísperas y se extiende hasta la misma hora del día siguiente.
Esta noción es fundamental en la práctica religiosa, ya que organiza el tiempo litúrgico y permite a los fieles participar en las ceremonias y rituales de manera adecuada.