En Geología, hendidura en la corteza terrestre, generalmente vertical, al menos en rocas poco perturbadas. Las diaclasas son generalmente abiertas, si bien su anchura puede ser muy pequeña. Ocurren con mayor facilidad en rocas duras y coherentes; en arenas, arcillas y gravas son raras o no existen. En los sedimentos estratificados las diaclasas son perpendiculares a los planos de estratificación y suelen presentarse en dos direcciones, perpendiculares entre sí. Las diaclasas pueden producirse por compresión, tensión o torsión. En este último caso, la tensión creada por el esfuerzo de torsión origina la diaclasa. Las diaclasas de tensión son corrientes en las crestas de los plieges anticlinales. Otras diaclasas de tensión son las creadas por la contracción del barro al secarse o de las pizarras al consolidarse. Resultados semejantes produce el enfriamiento de la lava caliente, especialmente en el caso del basalto, que suele adoptar una estructura columnar constituida por prismas exagonales. Las diaclasas de este tipo son perpendiculares a la superficie de enfriamiento y la Calzada de los Gigantes, en Irlanda, es un notable ejemplo.
Las diaclasas de compresión se originan por el efecto de fractura que producen presiones opuestas; suelen disponerse en planos normales a la dirección en que se ejerce la presión sus corrientes en los bordes de los pliegues y en la proximidad de las intrusiones.
La acción de los agentes atmosféricos puede agrandar las diaclasas, que en ocasiones se llenan de detritos. La deposición en las diaclasas de material mineral en solución forma las venas, que frecuentemente son valiosas fuentes de menas metálicas. El material eruptivo que rellena las diaclasas por intrusión constituye Diques.