Los diaforéticos son medicamentos que provocan sudoración, también conocidos como sudoríferos.
Su acción puede ser variada, ya que algunos estimulan el sistema nervioso central, mientras que otros afectan el sistema nervioso autónomo.
Estos fármacos pueden inducir la sudoración al excitar los centros nerviosos que regulan las glándulas sudoríparas, lo que resulta en un aumento de la actividad secretora y, en consecuencia, en la producción de sudor.
Medicamentos capaces de provocar sudoración. Los diaforéticos, llamados también sudoríferos, pueden actuar de varios modos. Los estimulantes centrales, como la estricnina, picrotoxina y alcanfor, producen la sudoración al excitar los centros nerviosos que regulan la actividad secretora de las glándulas sudoríparas. La sudoración subsiguiente a la administración de febrífugos (v. Antipiréticos) se debe en parte al aflujo de sangre a la piel y en parte a la movilización del agua desde la sangre a los tejidos, especialmente al subcutáneo, donde se albergan las glándulas sudoríparas. Ciertos medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso autónomo, como la. Eserina, Pilocarpina, muscarina y derivados de la colina, favorecen también la sudoración. Tal acción parece un tanto paradójica, dado que los productos citados estimulan las estructuras parasimpáticas y las glándulas sudoríparas están inervadas por el sistema nervioso simpático. Los estimulantes simpáticos, en general, no surten efectos sudoríferos.
La transpiración cutánea puede seguir a la administración del ácido nicotinico o de otros medicamentos que actúen sobre los ganglios del sistema nervioso parasimpático aunque no estimulen sus terminaciones nerviosas. Tales fármacos producen muchas veces efectos secundarios, por lo que no son recomendables como diaforéticos. El hexadienol es un alcohol diénico semisólido que, aplicado sobre la piel humana, produce sudoración localizada en la zona sometida a tratamiento. Por no producir congestión ni estimulación parasimpática se cree que ejerce su acción directamente sobre las propias glándulas sudoríparas. La actividad de los diaforéticos es mayor en las atmósferas calientes que en las frías.
Los diaforéticos se utilizan para diagnosticar determinadas lesiones nerviosas localizadas en la piel (la ausencia de sudoración puede indicar una lesión simpática), para provocar la reabsorción de edemas y exudados y para aliviar el trabajo del riñón, ya que el sudor elimina gran cantidad de líquido y sustancias solubles, como la sal y la urea. Créese también que la administración de determinados diaforéticos puede estimular el crecimiento del pelo al aumentar la circulación cutánea.
Una sudoración excesiva y prolongada provocada por diaforéticos puede resultar perjudicial si entraña excesiva pérdida de aguas y sales, necesarias al organismo. La administración de Belladona o de su principio activo, la Atropina, elimina la sudoración rápidamente.