El diagnóstico del cáncer es un proceso crucial que permite identificar la presencia de esta enfermedad en sus etapas iniciales, lo que facilita un tratamiento efectivo.
Este proceso implica una serie de pasos, incluyendo un historial médico detallado, exploraciones físicas y el uso de tecnologías como rayos X y biopsias.
Aunque no existe una prueba universalmente precisa, se han desarrollado métodos específicos que han demostrado ser útiles en la detección temprana de ciertos tipos de cáncer.
diagnóstico del cáncer
El dominio eficaz del cáncer depende del pronto diagnóstico seguido de tratamiento inmediato. Aproximadamente el 50 % de los tumores son asequibles a la inspección bien sea visual o táctil. El reconocimiento ha de incluir: 1) un historial detallado del caso; 2) una cuidadosa exploración mediante palpación, rayos X y la utilización de instrumentos ópticos adecuados, como el bronquiscopio y el proctoscopio; y 3) una biopsia o extirpación quirúrgica de un trozo del tejido sospechoso para el análisis microscópico. Todavía no se ha logrado materializar una prueba general exacta de diagnóstico, aunque se han ensayado algunas con éxito relativo en ciertos tipos específicos. En Estados Unidos, por ejemplo, el Instituto Nacional del Cáncer dirigió un programa trienal en Memphis (Tennesee) y las regiones circundantes, en el que se aplicó a miles de mujeres la prueba de frotis vaginal para el cáncer de útero. La prueba, conocida por frotis Papanicolaou, dio como resultado el descubrimiento de 9 de cada 10 cánceres de matriz en un grupo dado de mujeres reconocidas. Otros investigadores alcanzaron regular éxito en la determinación del cáncer de las vías respiratorias por el examen microscópico de los esputos. Igualmente se utilizaron isótopos radiactivos para localizar e identificar las regiones cancerosas. Por ejemplo, el fósforo y el potasio radiactivos se emplearon para conocer la situación de tumores cerebrales.