La dilantina, conocida también como difenilhidantoína, es un medicamento sintético utilizado principalmente en el tratamiento de la epilepsia.
Su acción se centra en la corteza cerebral, específicamente en las áreas que regulan los movimientos musculares, lo que le permite controlar las convulsiones de manera efectiva.
A diferencia de otros fármacos, la dilantina ofrece un potente efecto anticonvulsivo con un mínimo impacto somnífero, mejorando así la calidad de vida de muchos pacientes.
Nombre comercial de una droga sintética, llamada también difenilhidantoina, usada en el tratamiento de la epilepsia. Parece que ejerce su acción sobre las zonas de la corteza cerebral que controlan los movimientos musculares (corteza motora).
En los animales de experimentación se ha demostrado que protege contra las convulsiones inducidas eléctricamente sin efectos apreciables sobre otras partes del cerebro. De este modo combina al máximo su poder anticonvulsivo con un mínimo efecto somnífero. Por tal razón es de más valor en el tratamiento de la epilepsia que los barbitúricos o los bromuros, que son Hipnóticos. En la mayoría de los casos la administración diaria evita los fenómenos convulsivos, amén de mejorar ostensiblemente la personalidad y estado mental del paciente. Alrededor del 60 % de los pacientes consiguen con la droga un alivio total de sus convulsiones y sólo un 15 % no experimenta ninguna mejoría. La combinación de dilantina y luminal (v. Barbitúricos), resulta a menudo beneficiosa porque ambos medicamentos se potencializan y producen efectos que no se obtienen con la administración separada de los mismos.
La dilantina produce reacciones secundarias en el 15 % de los enfermos aproximadamente. Puede afectar al sistema nervioso con producción de vértigos, temores, alteraciones en la visión y dicción y hasta marcha insegura. Raramente produce confusión mental y alucinaciones. Se administra en preparados fuertemente alcalinos, por lo que, si no se ingiere con suficiente agua o no se toma después ácido clorhídrico diluido, puede originar gastritis. Ocasionalmente produce rigidez abdominal con pérdida de apetito y vómitos a veces sanguinolentos. En el 5 % aproximadamente de los pacientes aparecen erupciones cutáneas, acompañadas en general de fiebre e irritación bronquial. El síntoma más específico de la intoxicación por la administración de dilantina es una hipertrofia de las encías, que se vuelven fungosas y frágiles y sangran fácilmente. El buen juicio del médico en cada caso decidirá ante tales síntomas si conviene o no suspender temporal o totalmente el tratamiento.
La dilantina se usa siempre como compuesto sódico (C15H11N2O2Na) en forma de polvo blanco inodoro de sabor amargo, soluble en agua y alcohol.