f. Alcaloide que se extrae de la corteza del ditá y que se emplea en medicina como febrífugo. Se trata de una sustancia cristalizable, muy higroscópica y amarga.
La ditaína ha encontrado aplicación en diversas áreas de la medicina tradicional y alternativa debido a sus múltiples propiedades.
Su capacidad astringente la hace útil en el tratamiento de problemas gastrointestinales, ayudando a controlar diarreas y otros trastornos digestivos. Como estomacal, favorece la digestión y puede aliviar síntomas de indigestión y malestar estomacal.
Su función como expectorante la convierte en un componente valioso en el tratamiento de afecciones respiratorias, facilitando la expulsión de moco y aliviando la congestión.
La propiedad afrodisíaca de la ditaína ha sido aprovechada en diversas culturas para incrementar el deseo sexual, aunque su eficacia y mecanismo de acción requieren de mayor investigación científica.
El uso de ditaína en rituales por parte de ciertos grupos indígenas subraya su importancia cultural y espiritual, además de sus aplicaciones medicinales. Estos usos rituales a menudo están relacionados con creencias sobre sus propiedades curativas y su capacidad para conectar a los individuos con aspectos espirituales o divinos.
Etimología u origen de la palabra ditaína: proviene de ditá, árbol originario de Filipinas de flores blancas en panojas terminales y del que se extrae la ditaína.