Los diuréticos son medicamentos que favorecen la eliminación de orina, aumentando su volumen o la cantidad de sales y otros solutos.
Actúan en los riñones, donde la sangre se filtra a través de los glomérulos, permitiendo que se forme una orina diluida.
A medida que esta orina pasa por los túbulos renales, se reabsorbe agua y nutrientes, pero los diuréticos pueden alterar este proceso, incrementando la excreción de líquidos.
Medicamentos que aumentan la eliminación de orina. Pueden incrementar el volumen de agua en la orina o la cantidad de sales u otros solutos. Algunos diuréticos tienen ambos efectos.
La sangre es el punto de partida inmediato de todos los constituyentes de la orina. La sangre conducida por la arteria renal, se distribuye por el riñón y alcanza por los capilares los glomérulos, que están dispuestos en forma de ovillo. Las paredes del glomérulo actúan como filtros. Las grandes moléculas circulantes en la sangre, como son las proteínas, no pueden traspasar esta barrera. Este filtrado glomerular, que es una orina muy diluida, circula por los túbulos renales en donde se reabsorbe la mayor parte del agua y cloruro sódico y la totalidad de la glucosa, con lo que la orina se va concentrando.
Los diuréticos pueden aumentar la excreción de orina, fundamentalmente de dos maneras distintas. Los diuréticos tisulares modifican el estado físico o químico de la sangre o tejidos, de tal manera que los líquidos en ellos contenidos, son liberados y ofrecidos al riñón para su excreción. Los diuréticos renales, aumentan la actividad funcional de los propios riñones. Esto se consigue por el estímulo de la filtración glomerular e irritación de los túbulos que disminuyen la absorción de agua y sales por las células tubulares. Muchos productos son simultáneamente diuréticos tubulares y renales.
El agua es el más simple de los diuréticos. Su función es fisiológica. Si hay gran cantidad de ella en los tejidos disminuye la secreción de la hipófisis que regula la reabsorción tubular del agua y aparece un aumento de la diuresis. La administración en exceso de sales neutras, tales como el cloruro sódico, produce un aumento del volumen sanguíneo por sustracción de agua de los tejidos. En estas condiciones se ofrece a la excreción renal, una mayor cantidad de agua, lo cual se acompaña de un aumento de la filtración glomerular. Las sales de potasio, del tipo de nitrato potásico, son los diuréticos más potentes entre todas las sales; son eficaces a concentraciones moderadas. El riñón concentra con presteza el potasio, lo que aumenta la eliminación de agua.
Las sales que liberan radicales ácidos, del tipo del cloruro cálcico, sulfato magnésico, cloruro amónico, nitrato amónico y sulfato amónico, cuando se administran en gran cantidad producen Acidosis. Ya que el acúmulo de agua en los tejidos se favorece por la retención de radicales básicos, la acidosis (eliminación de radicales básicos) libera agua y facilita la oferta acuosa al riñón. Casi la mitad de la urea normalmente presente en el filtrado glomerular, se reabsorbe por el túbulo. De este modo, la administración de grandes cantidades de urea, aumenta la cantidad de esta substancia para su excreción. Dado que la excreción de sólidos debe acompañarse de eliminación de agua, la diuresis aumenta considerablemente.
Los diuréticos renales más importantes son las xantinas, especialmente los compuestos de teofilina. Dichos diuréticos incrementan el riego sanguíneo a través del riñón y aceleran la filtración glomerular. Estas sustancias, asimismo disminuyen la reabsorción a nivel del túbulo. Los diuréticos mercuriales incluyen el salirgan, mercurin y mercapurin; este último es una asociación de mercurio y teofilina. Probablemente estos diuréticos actúan por irritación de los túbulos, que disminuyen la reabsorción de agua y sales. Del mismo modo que los diuréticos tisulares, posiblemente reducen la hidrofilia de la sangre y proteínas tisulares.
Los diuréticos se emplean en Medicina para facilitar la pronta excreción de las substancias tóxicas y productos del metabolismo. Por la dilución de la orina pueden asimismo evitarse las precipitaciones a nivel de los túbulos, de los compuestos sulfamídicos. Sin embargo, el principal uso es el que persigue la eliminación del exceso de agua y sales del organismo en la Hidropesía (edema), en particular los debidos a insuficiencia cardiaca congestiva. A las dosis apropiadas, un diurético idóneo es capaz de hacer perder a un paciente, de 18 a 23 kg de líquido de edema en una o dos semanas.
El agua y las sales sódicas no son aconsejables como diuréticos en los edemas, ya que en el paciente edematoso están ya retenidos. Los preparados xánticos y mercuriales, no deben administrarse en presencia de enfermedades renales. Los diuréticos tienen también algunos efectos secundarios. Muchos de ellos irritan al estómago, y los diuréticos mercuriales pueden lesionar al riñón.
• « Incluyendo en este ítem los peligrosísimos coqueteos derivados de la automedicación con fármacos; es decir, el uso indebido de aspirinas, analgésicos y psicotrópicos del tipo de las benzodiazepinas, así como de barbitúricos, diuréticos, anfetaminas y corticoides, entre otras supuestas "panaceas" que pueden generar graves trastornos y aun la muerte. » (de diurético | plural)