El término do ut des proviene del latín y se traduce como "doy para que des".
Esta expresión refleja la idea de que las acciones humanas a menudo están motivadas por la esperanza de reciprocidad, donde un favor o acción se espera que sea correspondido.
Además, en el ámbito legal, se utiliza para describir una variedad de contratos innominados, donde las partes se comprometen a intercambiar bienes o servicios.