La palabra dolce proviene del italiano y se utiliza en el ámbito de la música para indicar que un pasaje debe ser interpretado de manera suave y delicada.
Este término sugiere una interpretación que evoca emociones tiernas y sutiles, invitando al intérprete a transmitir una sensación de ternura y calidez a través de su ejecución.
Así, dolce se convierte en una guía para crear atmósferas musicales envolventes y conmovedoras.