El dolor y el placer son experiencias humanas fundamentales que nos conectan con nuestro entorno.
El dolor se manifiesta como una sensación molesta que puede surgir de estímulos nocivos, afectando tanto al cuerpo como a la mente.
Puede ser breve o prolongado, y su función es alertarnos sobre posibles daños.
Por otro lado, el placer se asocia con sensaciones agradables que fomentan el bienestar y la satisfacción, creando un equilibrio esencial en nuestra vida.
El dolor se define en general como una sensación molesta y aflictiva, que tiene su origen dentro o fuera del cuerpo. Dentro de tan vagos límites puede consistir en una breve sensación de malestar producida por un estímulo nocivo aplicado localmente; o en una sensación más difusa y duradera de molestia y sufrimiento; o, en fin, en un estado de angustia que traspasa el cuerpo entero. El dolor aparece producido generalmente por un agente que daña o amenaza destruir algunas estructuras del organismo o a éste en su conjunto. Casi todos los estímulos, al alcanzar cierta intensidad, pueden resultar perjudiciales o dolorosos. La luz brillante, el sonido estridente, la presión abrumadora y el calor abrasador, todos ellos son sensaciones definidas que se hacen acompañar de un sentimiento «afectivo» de malestar. Fisiológicamente, sin embargo, el dolor no es sólo una sensación perfectamente definida, sino también, probablemente, el recurso nociceptivo más primitivo de autopreservación y autodefensa del organismo contra los agentes nocivos. Los reflejos nociceptivos son prepotentes y siempre resultan vencedores frente a otras adaptaciones relacionadas con la mera postura y el movimiento. Generalmente se traducen en la flexión o retirada de la parte dolorosamente estimulada para evitar daños ulteriores. En la recuperación del Shock medular, los reflejos nociceptivos son los primeros en retornar.
El dolor puede clasificarse según la región en que se localice o según la intensidad con que se manifieste. Dentro de la primera clasificación se distinguen el dolor superficial o cutáneo, el profundo de músculos, tendones y articulaciones, el visceral de los órganos internos y el reflejo, producido por lesiones de los órganos viscerales, pero referido por el paciente a zonas superficiales a veces distantes. En la segunda clasificación se distinguen el dolor agudo y el lento o sordo, que generalmente se deben a diferencias de intensidad de los mismos estímulos; el persistente o prolongado; y el difuso, producido por irradiación desde el foco doloroso a las zonas vecinas.
• Dolor Superficial: Como otras sensaciones cutáneas, presenta este dolor una distribución discontinua o punteada. Los puntos receptores del dolor, como cabía esperar de su misión protectora, sobrepasan en número a todos los demás «puntos» unidos. Así toda la piel del cuerpo humano posee unos 30000 puntos para el calor,... Para seguir leyendo ver: Dolor Superficial
• Dolor Profundo: Este dolor, provocado por cambios nocivos en los músculos, tendones, fascias y articulaciones, es más difuso que el cutáneo y se localiza con frecuencia en una determinada zona de la piel, o dermatoma, inervada por el mismo segmento de la medula espinal que inerva la estructura profunda, fuente del ... Para seguir leyendo ver: Dolor Profundo
• Dolor Visceral O Esplácnico: Distínguese este dolor del superficial y del somático profundo por su localización, más bien difusa, en determinadas visceras. Las sensaciones dolorosas de hambre se sienten generalmente en la región del estómago. El dolor cardiaco se localiza a menudo inmediatamente debajo del esternón. Algunos órg... Para seguir leyendo ver: Dolor Visceral O Esplácnico
Calidad de la experiencia dolorosa.
Muchos investigadores han observado que, al pinchar o cortar la piel, se producen dos sensaciones dolorosas: una breve, punzante y aguda, seguida tras un corto intervalo de otra lenta, sorda y prolongada. Se ha llegado incluso a medir este intervalo, más corto cuanto más se aproxima el estímulo al sistema nervioso central (1,9 1,3 y 0,9 seg para los dedos de los pies, rodillas y parte superior del muslo, respectivamente). Ello sugirió que la conducción de una y otra sensaciones se realiza a través de diferentes tipos de fibras nerviosas: la del dolor agudo por las fibras integradas en el grueso fascículo A de conducción rápida, la del dolor sordo por las delgadas fibras C de conducción lenta (según la nomenclatura de Gasser). La cocaína y la asfixia por presión que interrumpe la circulación a través de una extremidad afectan desigualmente a la conducción de varias sensaciones, incluidos los dos tipos de sensación dolorosa indicados. El orden en que la sensibilidad queda abolida por la cocaína es el siguiente: dolor sordo, frío, calor y dolor agudo. En la asfixia el orden es el siguiente: dolor agudo, frío, calor y dolor sordo. Ello brinda una buena base fisiológica, además de la puramente psicológica, para admitir la dualidad de percepción del dolor.
• Dolor Persistente: Se presenta en las quemaduras y escaldaduras de la piel, especialmente en las producidas por los rayos solares. Se supone que algún agente estimula continuamente las terminaciones nerviosas desnudas, tal vez algún irritante químico liberado in situ por las células lesionadas o destruidas por la quem... Para seguir leyendo ver: Dolor Persistente
• Neuralgia: Con este nombre se designa el dolor resultante de la inflamación de un nervio. La neuralgia del trigémino afecta a la piel de la cara y puede llegar a adquirir una intensidad extraordinaria. Para el tratamiento de esta neuralgia se utilizan las inyecciones de alcohol en el nervio, la sección de éste... Para seguir leyendo ver: Neuralgia
• Cosquillas: Sensación muy peculiar producida por la ligera estimulación táctil de ciertas zonas de la piel. La persistencia del estímulo resulta desagradable, aunque paradójicamente produzca una risa convulsiva. Una región muy sensible al cosquilleo es la axila, donde son más densas las terminaciones dolorosas.... Para seguir leyendo ver: Cosquillas
• Algesímetro: Aparato utilizado para medir la sensibilidad a la estimulación dolorosa, se basa en la presión que ha de ejercerse sobre un estilete aplicado a la piel o en la intensidad luminosa necesaria para originar la sensación de quemadura en el punto expuesto. Por este método se puede comparar la eficacia de... Para seguir leyendo ver: Algesímetro
• Euforia: El término euforia se utiliza a veces para designar una sensación de bienestar o ausencia de dolor o cualquiera otra molestia. A diferencia del dolor, parece que el placer requiere darse cuenta de la ausencia de malestar físico, lo que resulta imposible sin la actividad analítica de la corteza cereb... Para seguir leyendo ver: Euforia