El término dominio pleno se refiere a la situación en la que un propietario posee todas las facultades sobre un bien, sin limitaciones ni restricciones.
Esto implica que el dueño tiene el control total y absoluto, pudiendo usar, disfrutar y disponer de su propiedad a su antojo.
Para comprender mejor este concepto, es recomendable también explorar la definición de dominio, que abarca aspectos más amplios relacionados con la propiedad.