El término drapero tiene un significado que ha caído en desuso, refiriéndose en su acepción más antigua a un pañero, es decir, un recipiente o canasta donde se coloca el pan recién horneado.
Aunque hoy en día esta definición es poco conocida, su uso refleja una tradición relacionada con la panadería y la conservación del pan.
La evolución del lenguaje ha relegado esta palabra a un contexto histórico, pero su esencia perdura en la memoria cultural.