El término duelo se refiere a un combate entre dos personas que aceptan enfrentarse para resolver una cuestión de honor.
Este ritual, que tiene sus raíces en el antiguo Derecho germánico, se popularizó en la Europa medieval, donde se regulaba por normas específicas y se realizaba ante testigos.
Aunque los Reyes Católicos intentaron prohibirlo, el duelo persistió como una forma de resolver disputas, especialmente en contextos donde el honor estaba en juego.
Combate entre dos personas, voluntariamente aceptado, para dilucidar una cuestión que se considera de honor. Suele estar regulado por determinadas normas y se celebra generalmente en presencia de testigos o «padrinos». Tiene sus raíces en el duelo judicial del antiguo Derecho germánico y en esta forma se extendió por la Europa medieval: las Partidas regulaban el «juicio de Dios». Al perder su carácter de medio judicial, subsistió como procedimiento para solventar disputas en las que se hallaba comprometido el honor de los contendientes. En Francia, después del desafío de Francisco I a Carlos V, el duelo se popularizó de tal forma que todo caballero se creía obligado a recurrir a su espada ante la más leve provocación. Los Reyes Católicos (1480) prohibieron el duelo y dictaron severas penas contra los duelistas, pero éstas y otras graves sanciones impuestas por los soberanos franceses y españoles rara vez se aplicaron con rigor y en todos los países latinos, especialmente en los siglos xvii y xviii, el duelo fue una costumbre generalizada entre la nobleza. Inglaterra también conoció los «juicios de Dios», pero el duelo nunca fue tan popular como en el Continente y quedó abolido en 1818. En cambio, en la Norteamérica colonial constituyó una forma corriente de dilucidar diferencias personales; el más famoso de estos incidentes fue la muerte de Alexander Hamilton por Aaron Burr (1804). Durante el siglo xix la mayoría de las legislaciones abolieron el duelo; el Código penal español de 1870 castigaba el mero hecho de concertar el desafío. Pero la lenidad en el castigo impidió la total desaparición de la costumbre, que, en tiempos más recientes, fue corriente entre los estudiantes de las universidades alemanas de Heidelberg y Bonn. Cuando Hitler estaba en el poder, los oficiales del Ejército prusiano resucitaron la práctica del duelo, aunque éste no llegó nunca a ser reconocido oficialmente por el Estado. En la actualidad, aunque el duelo ha sido proscrito por todo el mundo civilizado, suelen darse casos esporádicos en los países latinos e hispanoamericanos, aunque lo cierto es que las armas y regulaciones se disponen de forma que rara vez se producen muertes.
Origen etimológico de duelo: proviene de la palabra latina duellum (que significa "combate"), guerra.
Tiene su acento prosódico (sin tilde) en la sílaba: due Tipo de acentuación de duelo: Palabra grave (también llana o paroxítona). Posee diptongo creciente ue.
Pronunciación de duelo
Pronunciación (AFI): [ ˈdwe.lo ]
Cantidad de letras, vocales y consonantes de duelo
Palabra inversa: oleud Número de letras: 5 Posee un total de 3 vocales: u e o Y un total de 2 consonantes: d l