La economía de Austria de posguerra se refiere al periodo tras la II Guerra Mundial, cuando el país enfrentó desafíos significativos debido a su devastación y a la inestabilidad económica previa.
A pesar de una situación financiera frágil, factores como la obtención de empréstitos, reformas administrativas y la creación de un nuevo Banco Nacional ayudaron a estabilizar la economía.
Sin embargo, las crisis anteriores y la ocupación nazi complicaron aún más el panorama económico.
economía de Austria de posguerra
La situación financiera de Austria al terminar la I Guerra Mundial era poco sólida, pero tres factores contribuyeron a equilibrar su balanza comercial: la obtención de empréstitos, las reformas administrativas, fiscales y financieras, y el establecimiento de un nuevo Banco Nacional, que puso en circulación la nueva moneda, el chelín austríaco. La crisis de 1930 y el cierre en 1931 del principal banco austríaco, el Creditanstalt, determinaron el pánico financiero y la moratoria Hoover sobre el pago de deudas. Austria negoció entonces un nuevo préstamo internacional, ampliado en 1932 por la Sociedad de Naciones, pero todo resultó en vano y la crisis política que sucedió a la económica preparó el camino a la ocupación del país por Hitler en 1938. Fue entonces disuelto el Banco Nacional austríaco y remplazado por el Banco Nacional alemán, que substituyó el chelín por el reichsmark, que nuevamente cedió paso al chelín en 1945. A pesar de las medidas de reforma monetaria se produjo la inflación considerable en el periodo de la posguerra.
El complemento comercial del antiguo Imperio se rompió en 1919 y obligó a Austria a marcar nuevas directrices comerciales. Las abundantes exportaciones de minerales, utensilios metálicos, energía eléctrica, productos químicos, textiles y maderas, permiten a Austria compensar sus necesarias importaciones de substancias alimenticias y materias primas industriales. El déficit comercial se compensa en parte por los beneficios del turismo y el comercio de tránsito. Viena mantiene la hegemonía comercial y financiera que ya había ostentado en los días gloriosos del Imperio.