La economía de la península arábiga se caracteriza por una diversidad de escalones económicos y sociales, donde coexisten prácticas como el nomadismo pastoril, la combinación de pastoreo y cultivo, y una agricultura que, aunque es la base de la existencia para muchos, enfrenta desafíos significativos debido a la escasez de agua.
La dependencia del riego y la existencia de oasis son cruciales para la supervivencia de los rebaños y cultivos en esta región árida.
economía de la península arábiga
Existen en Arabia diversos escalones económicos y sociales desde los que cultivan el nomadismo pastoril, pasando por los que combinan el pastoreo con el cultivo, hasta los que hacen de la agricultura la base de su existencia. La agricultura es la economía básica de la Península y está muy atrasada por la escasez de agua. Salvo la parte del SO, beneficiada por las lluvias, las aguas del resto son insuficientes y las cosechas dependen íntegramente del riego. La principal fuente de abastecimiento para agua de regadío, aparte de los torrentes, proviene de pozos, algunos de los cuales cuentan con muchos siglos de existencia.
Son muchos los oasis utilizados exclusivamente por los nómadas para abrevar sus rebaños. Los animales domésticos de Arabia son camellos, cabras, ovejas, caballos y asnos. La reproducción de caballos y camellos es a menudo objeto de especialización local entre ciertas tribus nómadas. Ovejas y cabras proporcionan leche y carne, a la vez que cueros y lana de inferior calidad. Los camellos son muy útiles para el transporte por el desierto merced a su capacidad para soportar grandes periodos sin agua ni alimento.
Con frecuencia es posible el cultivo en los oasis, verdaderos jardines en medio de la inmensidad desértica. Sus cosechas comprenden trigo, maíz, mijo, cebada y alfalfa. La palmera datilera es el principal elemento de los oasis; suministra alimento y materias de construcción, amén de proporcionar sombra a cuyo amparo crecen frutos y otros vegetales.
En el SO, particularmente en el Yemen, las precipitaciones y aguas subterráneas son suficientes para sustentar una próspera agricultura cuyos productos principales son los acostumbrados cereales, frutas y otros vegetales. En las faldas montañosas terraplenadas crecen el café y el kat (narcótico). Resulta interesante observar que Arabia es con toda probabilidad la fuente originaria del café.
El nivel de producción agrícola es muy bajo y a pesar de que su economía está orientada básicamente hacia la subsistencia, los árabes se hallan entre los pueblos peor nutridos del mundo. Los métodos y material agrícola son muy antiguos y también muy pobre la calidad y variedad de semillas. Las parcelas cultivadas suelen ser pequeñas y dispersas, a lo que se unen las viejas lacras de la agricultura —el absentismo, la aparcería y la propiedad comunal— para mantenerla a un nivel de producción muy bajo. Parece posible ampliar en gran medida el sistema de riegos mediante técnicas modernas y hay amplio campo para la enseñanza y mejora de los métodos agrícolas y variedades de semillas.