La República Democrática del Congo es un país rico en recursos naturales, donde la agricultura y la industria extractiva de minerales, tanto útiles como preciosos, son fundamentales para su economía.
A pesar de contar con vastas extensiones de bosques, estas áreas, junto con la ganadería y la pesca, no tienen un impacto significativo en su desarrollo económico.
Para aprovechar su potencial, el país requiere una estabilidad política sólida y apoyo financiero y técnico internacional.
economía e industria de República Democrática del Congo
El Congo es un país en el que la agricultura y la industria extractiva de minerales —tanto útiles como preciosos— se complementan, mientras, pese a su extensión forestal, el bosque representa poco en su economía, como tampoco la ganadería, la pesca y la industria son actividades de gran importancia. País de vastísimos recursos, necesitará sin embargo, de una estabilidad política firme y mucha ayuda financiera y técnica del extranjero para poder desarrollar en escala elevada sus inmensas posibilidades económicas.
Agricultura y ganadería.
La agricultura indígena es casi siempre primitiva en sus procedimientos y tiene como único fin satisfacer las necesidades alimenticias de la población, con cultivos de mijo; maíz; mandioca; batata ; arroz y legumbres, sorgo, trigo y hortalizas. Algunos cultivos, como la banana, el cacahuete y el sésamo, tienen a la vez carácter de manutención local y valor comercial.
Como cultivo industrial es notable el desarrollo alcanzado por el algodón, que debe cubrir la demanda interna de los indígenas y puede ser un destacado producto comercial, pese a la falta de selección de semillas y de una técnica adelantada.
Las zonas de sabanas, en el N del país, son las principales comarcas algodoneras, con predominio de la del Kasai-Lomami y en menor escala la de Kivu. Por su parte las semillas de algodón permiten el desarrollo de una industria de aceites. Se obtienen también otras fibras vegetales (sisal) y oleaginosas (aceite de palma sobre todo).
Las plantas estimulantes son objeto de un cultivo bastante intenso, alentado por la demanda del mercado europeo. Se obtiene algo de té, pero son el café y el cacao los que tienen interés. El primero se acomoda a moderadas altitudes, como las de la zona oriental del país, especialmente en la comarca de tierras volcánicas del lago Kivu, con distritos cafeteros tan conocidos como los de Kabare, Lubero y Masisi. El cacao, bastante más exigente en temperatura y humedad, se localiza con frecuencia en las bajas llanuras próximas al océano o en la zona más deprimida de la cuenca central (valle del Tshuapa sobre todo). Otros cultivos de interés industrial son: la caña de azúcar, en la zona del Bajo Congo; tabaco, copal, quina y caucho.
Minería e industria.
En el siglo XX, bajo el impulso belga y norteamericano, el Congo ha adquirido fama de país minero, basada sobre todo en sus enormes yacimientos de cobre.
Katanga es la gran región cuprífera, con sus distritos de Kipushi-Luisia, de Kambove-Lisaki y de Musonoi-Kolwezi. Las principales instalaciones para el tratamiento de este cobre se encuentran en Jadotville, Panda y proximidades de Elisabethville; después se envía el cobre fundido a las refinerías belgas de Hoboken. Además de su valor estrictamente minero el cobre tiene el interés de haber desenvuelto algunas industrias químicas, como las de clorato de sodio, sosa cáustica y ácido clorhídrico.
El Congo es también gran productor mundial de diamantes; Tshikapa y Bakwanga son los principales centros de la industria diamantífera. Bastante dispersa está la producción auríferaen la que destacan los cursos altos del Uele y del Ituri.
El carbón resulta escaso y el petróleo falta en absoluto, pero el potencial hidroeléctrico es realmente gigantesco.