Un edicto es un comunicado oficial emitido por una autoridad gubernamental o judicial que tiene fuerza de ley.
Generalmente, los edictos son utilizados para informar y establecer formalmente reglas, normas o disposiciones que deben ser acatadas por los ciudadanos.
Pueden ser emitidos por diferentes entidades gubernamentales, como el poder ejecutivo, legislativo o judicial, dependiendo del ámbito de aplicación y de las facultades otorgadas en la legislación correspondiente.
Un edicto es un comunicado oficial emitido por una autoridad gubernamental o judicial que tiene fuerza de ley. Generalmente, los edictos son utilizados para informar y establecer formalmente reglas, normas o disposiciones que deben ser acatadas por los ciudadanos.
Los edictos pueden ser emitidos por diferentes entidades gubernamentales, tales como el poder ejecutivo, legislativo o judicial, dependiendo del ámbito de aplicación y de las facultades otorgadas en la legislación correspondiente.
En el contexto judicial, los edictos suelen ser utilizados como una forma de notificar a las partes involucradas en un proceso legal sobre las decisiones o resoluciones tomadas por el juez. Estos edictos son emitidos con el fin de garantizar el debido proceso y la transparencia en el sistema judicial, asegurando que todas las partes interesadas estén informadas de los actos o decisiones tomadas.
Además de su función notificadora, los edictos también pueden ser utilizados para establecer regulaciones o normativas específicas dentro de un determinado ámbito. Por ejemplo, un edicto emitido por una autoridad municipal puede establecer restricciones específicas para el uso de espacios públicos o regular actividades como la venta ambulante.
Historia del edicto
El instrumento jurídico conocido como edicto fue creado por primera vez en el derecho romano en el siglo IV a.C. para ser utilizado por los pretores urbanos en los litigios entre ciudadanos romanos.
Más tarde, esta facultad se extendió al praetor peregrinus, quien también podía hacer anuncios sobre asuntos en los que estuvieran involucrados extranjeros.
Esta capacidad de generar anuncios públicos se denominaba ius edicendi y permitía a los pretores publicar un edicto anual que establecía las normas antiguas y nuevas que regirían su actuación durante ese tiempo. Si era necesario establecer normas nuevas para casos no previstos, podían generar un edicto específico para ese caso.
En el año 130 d.C., durante el reinado de Adriano, se ordenó compilar todos los edictos de los magistrados anteriores. El jurista Salvio Juliano fue encargado de esta tarea, con la instrucción de depurar las normas obsoletas. El resultado fue un compendio único de normas procesales conocido como "Edicto perpetuo".
A partir de ese momento, el edicto se convirtió en una fórmula imperial que solo el soberano emitía y modificaba, en relación a asuntos de justicia y administración de su imperio como parte de las constituciones imperiales.
Durante este período, se promulgaron importantes edictos imperiales que han pasado a la historia, como el Edicto de Milán de Constantino, que otorgó la libertad de religión en el imperio romano, y el Edicto de Tesalónica promulgado por Teodosio, que convirtió al cristianismo en la religión oficial. Uno de los últimos edictos considerados dentro del derecho romano, pero con influencia bárbara, es el Edicto de Teodorico, que data del año 503.
Después del apogeo romano y durante la Edad Media, el edicto se conservó como una fuente de derecho, entendido como la proclamación de un soberano sobre un asunto legal y que, al ser publicado públicamente, se volvía obligatorio para todos sus subordinados. De esta manera, varios reyes y emperadores utilizaron este acto legal para legislar en sus respectivos territorios. La Iglesia católica también adoptó esta figura en el derecho canónico, utilizando edictos para proclamar cuestiones de fe, doctrina y administración eclesiástica.
A partir del uso de los tribunales inquisitoriales, los edictos también se convirtieron en notificaciones públicas para los acusados o anuncios sobre los resultados de un proceso, que se fijaban a menudo en las puertas de las iglesias y monasterios para que la gente pudiera consultarlos. Así surgieron los edictos judiciales, utilizados como medio de comunicación procesal en los sistemas romano-canónicos de derecho.
En el derecho español, los edictos judiciales en materia civil se pueden rastrear hasta la legislación de las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio compiladas en el siglo XIII, que establecían un método para citar a juicio mediante llamamientos públicos al demandado cuando no se le podía localizar.
Origen etimológico de edicto: proviene de la palabra latina edictum , y este a su vez de edicere (que significa "promulgar"), de ex y dicere (que significa "decir") , del protoindoeuropeo (lengua madre de las lenguas indoeuropeas) *deyḱ- (que significa "mostrar"). Comparar el francés édit o el portugués edito
Segundo diccionario: edicto
Origen de la palabra: (latín edictum.)
m. Mandato, decreto publicado por la autoridad competente.
Escrito que se fija en los parajes públicos para conocimiento de todos.
For. Escrito que se hace ostensible en los estrados del tribunal o juzgado, o se publica en los periódicos oficiales, para conocimiento de las personas interesadas que carecen de representación en los autos cuyo domicilio se desconoce.
—pretorio. El que publicaba cada pretor al tomar posesión del cargo. Ver: edicto pretorio
• « Cuando el Parlamento trató de impugnar sus edictos, incluyendo los esfuerzos del rey por imponer impuestos sin el consentimiento del Parlamento, Carlos I suspendió el Parlamento en 1629 y gobernó sin él durante los siguientes once años. » (de edicto | plural)
• « En 1598 emitió el Edicto de Nantes que oficialmente propagaba la tolerancia a los hugonotes, permitiéndoles construir un estado paralelo dentro de Francia con ciudades amuralladas, ejércitos y una iglesia hugonote oficial, pero prohibiéndoles la entrada a París y la participación en el gobierno real. »
• « Además de los edictos y consejos convocados por los papas, la Reforma Católica se benefició del resurgimiento de las órdenes religiosas católicas. La nueva orden religiosa más importante, con mucho, fue la Compañía de Jesús, más conocida como los jesuitas. » (de edicto | plural)
