Las cruzadas fueron expediciones militares que, aunque buscaban recuperar la Tierra Santa, tuvieron efectos complejos en la historia.
Si bien promovieron el comercio y facilitaron el contacto entre culturas, también debilitaron al Imperio Bizantino y dejaron un legado de violencia y traiciones.
Este movimiento transformó la estructura social de Europa, contribuyendo a la caída del feudalismo y al surgimiento de nuevas monarquías, aunque su impacto real sigue siendo objeto de debate.
efectos históricos de las cruzadas
Los efectos de las Cruzadas, transcendentes y beneficiosos como fueron, ofrecen también más de un aspecto negativo. La Tierra Santa terminó siendo a su final más musulmana de lo que era en su principio. El Imperio Bizantino, baluarte del Cristianismo, sufrió un debilitamiento irreparable. Cierto es que el movimiento de las Cruzadas abrió al comercio las rutas de Oriente, pero es discutible la importancia que tuvo en el desarrollo intelectual, cultural y económico de los últimos tiempos medievales. Al atraer a los más aventureros y levantiscos de cada país y dar ocupación -y a veces tierras- a los segundones, contribuyó el movimiento a robustecer la ley y el orden en la Europa Occidental, a liquidar la fase del Feudalismo y a formar las nuevas monarquías nacionales; pero se discute asimismo el grado en que lo hizo. Los episodios de crueldad y traiciones que a veces jalonaron la historia de las Cruzadas y la aparente futilidad del esfuerzo ofrecen marcado contraste con la fe, valor y devoción que constituyeron casi siempre la realidad -y siempre el ideal- de las Cruzadas.