La ejemplaridad se refiere a la calidad de ser un ejemplo a seguir, destacándose por su conducta o acciones.
Esta característica implica que una persona actúa de manera ética y responsable, sirviendo como modelo para los demás.
La ejemplaridad no solo se manifiesta en lo individual, sino que también puede influir en grupos y comunidades, promoviendo valores positivos y comportamientos deseables en la sociedad.