El término embocador se refiere, en su acepción más antigua, a un embocadero, que es un portillo o hueco diseñado como una boca o canal angosto.
Aunque hoy en día esta palabra está en desuso, su significado evoca la idea de un acceso restringido o una apertura que dirige el flujo de algo, ya sea agua, personas o animales.
Su uso refleja una época en la que tales estructuras eran más comunes en el lenguaje cotidiano.