El término encandilador y su forma femenina encandiladora tienen significados que han caído en desuso.
Originalmente, se referían a algo o alguien que deslumbraba o atraía con gran intensidad.
En un contexto más coloquial, se utiliza para describir a una alcahueta o celestina, es decir, una persona que facilita o promueve relaciones amorosas entre otros.
Estos significados reflejan la dualidad de la atracción y la manipulación en las relaciones humanas.