La enjambrazón se refiere a la acción y efecto de enjambrar, un término que evoca la idea de agruparse o formar un enjambre, especialmente en el contexto de las abejas.
Este fenómeno no solo describe el comportamiento de estos insectos al abandonar su colmena en busca de un nuevo hogar, sino que también puede aplicarse a situaciones donde hay una acumulación o agrupamiento de elementos.
La enjambrazón simboliza así la dinámica de movimiento y cambio en la naturaleza.
La instalación de un nuevo enjambre o el traslado en masa de una colonia desde su vieja colmena a una nueva constituye un aspecto muy importante de la apicultura. Cuando un enjambre sale de la colmena, puede estacionarse en las ramas de un árbol o arbusto próximo, en cuyo caso bastará cortar la rama en cuestión y trasladar en ella las abejas al lugar deseado. Para evitar la necesidad de vigilar los enjambres y el riesgo de perderlos se utilizan métodos de enjambrazón artificial. El más corriente prevé en primer lugar la colocación de una colmena vacía al lado de la que ha de dividirse. Se levantan luego los bastidores de esta última y se examinan uno a uno hasta descubrir la reina. Entonces el panal donde se encuentre ésta se traslada a la colmena vacía, cuidando de colocar junto a él un par de panales de crías. Finalmente se llena la colmena de panales vacíos y se tapa. Tras sustituir los panales desplazados en la colmena madre con otros vacíos, se traslada ésta a un nuevo lugar del recinto. Todas las abejas que se hallaban en vuelo durante la operación, así como las abejas viejas de la colmena madre, se dirigirán a la nueva colmena.