El término enriscado o enriscada se utiliza para describir un terreno que presenta una gran cantidad de riscos, es decir, formaciones rocosas abruptas y elevadas.
Este adjetivo también se asocia con la idea de un paisaje escarpado, donde las pendientes son pronunciadas y difíciles de transitar.
En ambos casos, evoca imágenes de un entorno natural que desafía la accesibilidad y resalta la belleza de la geografía accidentada.