La palabra ensolvedera se refiere a una herramienta de pintura que ha caído en desuso.
Específicamente, se trata de una brocha de pelo largo y suave, utilizada para fundir tintas al pintar, logrando así un acabado más uniforme y delicado.
Aunque su uso ha disminuido con el tiempo, su significado evoca la rica tradición del arte pictórico y las técnicas que han acompañado a los artistas a lo largo de la historia.