El término enyescarse proviene de una forma antigua que se refiere a la acción de encenderse o inflamarse.
Aunque hoy en día su uso es considerado anticuado y ha caído en desuso, su significado evoca la idea de algo que se activa o se llena de energía.
Esta palabra refleja un momento en el que las llamas o la pasión pueden surgir, aunque su presencia en el lenguaje contemporáneo es prácticamente inexistente.