La energía eólica es una forma de energía renovable que se obtiene a partir del viento. Su funcionamiento se basa en la captación de la energía cinética del viento y su transformación en energía eléctrica.
El proceso comienza con la instalación de aerogeneradores, que son grandes estructuras con hélices o palas que giran impulsadas por la fuerza del viento. Estas hélices están conectadas a un generador que transforma la energía mecánica en energía eléctrica.
Cuando el viento sopla, las palas del aerogenerador comienzan a girar. La velocidad del viento hace que las palas se muevan más rápido, lo que genera una mayor cantidad de energía. A medida que las palas giran, el generador convierte la energía mecánica en energía eléctrica.
La energía eléctrica generada se transmite a través de cables hasta una subestación, donde se eleva el voltaje para su distribución a la red eléctrica. Desde allí, la energía eólica se distribuye a los consumidores finales, como hogares, empresas e industrias.
Es importante destacar que la energía eólica es una fuente de energía limpia y renovable, ya que no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni contamina el medio ambiente. Además, su disponibilidad depende de la fuerza del viento, que es una fuente inagotable en muchas regiones del mundo.
La energía eólica se utiliza cada vez más como una alternativa sostenible a las fuentes de energía convencionales, contribuyendo a la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y a la mitigación del cambio climático.
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